miércoles, 8 de octubre de 2014

Narración TIC: DECIDÍ ENSEÑAR. Carmen Parra

Carmen Parra. Grupo 211 Magisterio Infantil. Narración TIC

DECIDÍ ENSEÑAR

Érase una vez un niño de cuyo nombre francamente no me acuerdo, al cual normalmente sus familiares y amigos llamaban Junior por ser el pequeño de la familia. Dado que a Junior le habían enseñado y guiado sus profesores para aprender con mayor facilidad y de forma más autónoma, con frecuencia tenía tiempo de sobra para sentarse junto a su abuelito a escuchar viejas historias. Toda esta historia comienza en una casita cercana a la Universidad Autónoma de Madrid, allá por el año 2063, o quizás en el 2053, aunque realmente puede que todo comenzase antes. En fin, dejemos que la historia se exprese:
- Junior: Abuelito, abuelito ya he hecho todos mis trabajos y he estudiado y aprendido todo lo que los profesores me han aconsejado.
- Sergio: Muy bien jovencito, entonces ¿por qué no vas a descansar y a jugar con tus amigos?
- Junior: Porque querría que me contases una de esas historias tan antiguas, de cuando tú eras joven y aún tenías pelo. Ya sabes, para publicarla y que todo el mundo vea cómo comenzó este mundo de la tecnología.
- Sergio: (entre risas) jovencito, probablemente el mundo de las tecnologías empezase hace muchos años pero la historia que hoy te voy a contar sucedió un poco más tarde, cuando ya había perdido mi increíble melena.
(Ambos se ríen, a continuación Junior se sienta junto a su abuelo y comienza a grabarle, orgulloso  por lo importante que fue la labor de su abuelo para la sociedad del futuro)
-Sergio: (mira fijamente a la cámara que sostiene su nieto y se aclara la voz para a continuación comenzar su historia).Buenas tardes queridos seguidores de “Historia de las TIC en la educación”. A menudo me alegro al recordar aquellos años en los que me dedicaba a la enseñanza de la Tecnología de la Información y la Comunicación en la Universidad Autónoma de Madrid. Yo lo sabía, mi trabajo era muy importante pero no todos los maestros estaban de acuerdo. Muchos pensaban que no era tan relevante la incorporación de las TIC en las escuelas. ¿Y qué os puedo decir yo queridos amigos, que vosotros no sepáis? Ahora que han pasado casi cuarenta años no nos imaginamos una escuela, una educación o un aprendizaje sin tecnología, pero en aquella época parecía algo innecesario o quizás no tan importante como otras materias. (Suspira). Qué equivocados estaban, menos mal que pronto la sociedad entró en razón.
Creo recordar que en el año 2014 di clase a un grupo muy majo de jóvenes que querían ser profesores de Educación Infantil. Como os podéis imaginar, yo les enseñaba TIC, en unas aulas de informática que ahora mismo os asustarían, tan solo había unos ordenadores viejos que continuamente fallaban y que a pesar de que eran sencillísimos de usar, los alumnos continuamente solicitaban mi ayuda ya que no sabían muchas veces ni encenderlos y una vez encendidos no todos sabían realizar correctamente presentaciones o buscar información en Internet. ¿Qué absurdo nos parece ahora verdad? Eso es porque ese año algo cambió, conseguí que los alumnos entendieran la importancia de las TIC y lo hice hablando de autores como por ejemplo Jordi Adell. Este caballero se dedicaba por aquel entonces al estudio de las Ciencias de la Educación entre otras cosas. Sostenía que los maestros debían tener una serie de competencias entre las que destacaba la competencia digital o tratamiento de la información. Sí señores, esto que ahora os parece tan sencillo y necesario no todo el mundo sabía hacerlo. Adell consideraba que esta competencia general estaba formada a su vez por otras cinco competencias. Una de estas competencias era la competencia informacional, es decir, todas las habilidades y destrezas que permitían trabajar con la información, ya sea analizándola, gestionándola, criticándola, creando nueva información e incluso difundiéndola. Y, en efecto, no le faltaba razón, cuán importante es el aprendizaje de estas habilidades para saber distinguir la información correcta de la errónea. En segundo lugar, también estaba formada por la competencia tecnológica o informática, dicho de otro modo, consideraba que la sociedad debía aprender a usar eficientemente las herramientas tecnológicas, muchas de las cuales, estaban en continuo cambio. Además, consideraba significativo el estudio de las alfabetizaciones múltiples, no solo del lenguaje oral. Seguido de la adquisición de la competencia cognitiva genérica que permitía convertir la información en conocimiento. Y finalmente, la ciudadanía digital para preparar a los estudiantes a vivir en un mundo que comenzaba a confundirse con el digital. No creáis que esto es nuevo, los jóvenes de entonces también podían estar relacionándose unos con otros a pesar de estar cada uno en su casa. Sin embargo, al no estar educados en ciudadanía digital corrían un gran peligro ya que no todos sabían cómo comportarse y hacer valer sus derechos como ciudadanos digitales. (Adell, 2011)
Pero aun habiéndoles dado todas estas razones para desarrollar las TIC en las escuelas, los alumnos no estaban muy seguros de su importancia. Así que seguí explicándoles que las tecnologías facilitaban el acceso a la formación y la educación y que además permitían que se produjese el aprendizaje en cualquier lugar, no necesariamente en la escuela. Y esta idea pareció gustarles, aunque eran conscientes de que no solo valía con tener unos recursos buenos para acceder a la tecnología. Si los profesores que les guiaban en este aprendizaje no se interesaban por su uso y no innovaban, jamás se lo podrían transmitir para que ellos los pusiesen en práctica. Por aquellos años, los maestros usaban las TIC para reforzar sus presentaciones o como elemento de apoyo, pero no enseñaban a los alumnos a que explorasen y trabajasen de forma autónoma apoyados en dichas tecnologías. Tampoco quiero que penséis queridos seguidores, que los jóvenes del pasado eran unos incultos. Ellos estudiaban de una forma distinta a la actual y estaban empezando a ser conscientes de que aunque se podía aprender sin el uso obligatorio de tecnologías, si las usaban, este aprendizaje se convertiría en algo más innovador, dinámico y se producirían mejoras muy difíciles de suceder sin el uso de las mismas.
Una vez explicado todo esto, los alumnos se entusiasmaron, pero eran conscientes de lo difícil que sería esta tarea de incorporación de las TIC pues los currículos ya eran bastante amplios en sí. Sin embargo, siguieron luchando ya que tomaron conciencia de que si luchaban contra el analfabetismo digital, los maestros estarían mejor formados y mejorarían los resultados y el rendimiento en la enseñanza. (Carneiro, Toscano y Díaz, T.)
De hecho, a estos jóvenes del pasado les debemos el presente. Ellos, que estudiaban para ser maestros, se esforzaron y consiguieron mejorar el funcionamiento de las aulas digitales. Sin el esfuerzo de estos profesores no hubiésemos conseguido llegar al momento en el que nos encontramos ahora, de pleno conocimiento de la sociedad digital y de las tecnologías que aún todavía siguen mejorando. Estos docentes actuaron conforme a las competencias que diversos autores como Cabero o Tejada concluyeron que un maestro debía tener: tuvieron una actitud positiva hacia las TIC, conocieron sus usos en el ámbito educativo y en sus respectivas áreas de conocimiento, hicieron uso de ellas en sus actividades diarias, las integraron en el currículo, propusieron actividades para que los alumnos las usasen y finalmente las evaluaron. (Cabero et al, 1999; Majó y Marqués, 2002; Tejada, 1999). De esta forma, se integraron en la sociedad digital y mejoraron el proceso de enseñanza-aprendizaje apostando por la actualización y la modernización, mediante una constante formación. (Mayorga, Madrid y Núñez, F., 2011)
La integración a la sociedad digital y la incorporación de las TIC no solo fue complicada porque hubo que concienciar a los docentes, también hubo que conseguir el apoyo de las universidades para que educaran en estas competencias a los estudiantes, especialmente a los que estudiaban para ser maestros, ya que serían los encargados de potenciar su uso en un futuro; y digo su uso porque no se trata solo de saber utilizarlas sino también de incorporarlas correcta y eficazmente en las actividades de aprendizaje e incluso de ocio diarias. (Gallego, Gámiz, y Gutiérrez, 2010). Por lo tanto, para enseñarles me basé en las capacidades que consideraba Tejada que debían tener los maestros, es decir, les enseñé a “planificar, impartir, tutorizar y evaluar acciones formativas, elaborando y utilizando medios y recursos didácticos, promoviendo la calidad de la formación y la actualización didáctica”. (Tejada, 2009).
Como habéis observado, estos jóvenes no tuvieron miedo a equivocarse y decidieron ser originales en la educación apostando por la innovación.
En fin, queridos seguidores, creo que va siendo hora de apagar la cámara e irme a dormir, que ya os he contado mucha historia por hoy. Espero que os haya gustado la razón por la que decidí enseñar TIC y os permita ampliar vuestro PLE o Entorno Personal de Aprendizaje. Podéis dejarme comentarios o compartir más información. Muchas gracias, nos vemos en el próximo video.
(Junior apaga la cámara y sonríe a su abuelo en agradecimiento no solo por haberle contado una historia tan interesante sino por haber contribuido de forma tan importante en la sociedad)
-Junior: Gracias abuelito, me voy corriendo a publicarlo, no quiero que nadie se pierda toda esta información.
-Sergio: No, jovencito, ya es hora de irse a dormir, ya lo subirás más tarde.
-Junior: Está bien abuelito, buenas noches.
-Sergio: Que descanses.

FIN

BIBLIOGRAFÍA:

Adell, J. (2011). La competencia digital. 13 de febrero de 2011. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=tjC1LOC0r1g
Adell, J. (2011). Entornos personales de aprendizaje. 5 de octubre de 2011. Humano digital.
Carneiro, R., Toscano, J.C. y T. D. (n.d). Los desafíos de las TIC para el cambio educativo. Fundación Santillana, Madrid.
Gallego, M. J., Gámiz, V. y Gutiérrez, E (2010).El futuro docente ante las competencias en el uso de las tecnologías de la información y comunicación para enseñar. EDUTEC- Revista electrónica de Tecnología Educativa, nº 34.
Mayorga, M. J., Madrid, D. y Núñez, F. (2011) La competencia digital de los docentes: formación y actualización en web 2.0.
Robinson, K. (2006). Las escuelas matan la creatividad. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=nPB-41q97zg





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